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No que seamos suficientes en nosotros mismos para pensar que cosa alguna procede de nosotros, sino que nuestra suficiencia es de Dios(A), el cual también nos hizo suficientes como ministros[a](B) de un nuevo pacto(C), no de la letra, sino del Espíritu(D). Porque la letra mata, pero el Espíritu da vida(E).

Y si el ministerio de muerte(F) grabado con letras en piedras(G) fue con gloria, de tal manera que los israelitas no podían fijar la vista en el rostro de Moisés por causa de la gloria de su rostro, la cual se desvanecía(H),

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Footnotes

  1. 2 Corintios 3:6 O servidores.